Apoyo a la narración de cuentos y habilidades sociales en estudiantes de primaria a través de la expresión del mundo interno del estudiante en la elaboración de una historia compartida. Se esperaba que los grupos rotativos promovieran las relaciones e inclusión dentro del grupo de clase, hablando sobre temas emocionales, sociales e inclusivos, con el apoyo de un facilitador y la guía del maestro.
Los objetivos de la práctica eran tres:
Los estudiantes, maestros y facilitadores realizaron 20 sesiones de 75-90 minutos cada una, semanalmente durante un periodo de 6 meses.
Mesas agrupadas en grupos de 4 pupitres dentro del aula, a una distancia suficiente para evitar interrupciones y distracciones entre los grupos durante la fase de creación de historias colaborativas.
Creación de grupos pequeños
Todos los alumnos se dividieron en grupos de cuatro, según el procedimiento del sociograma y la observación participante de la clase realizada durante una semana por un psicólogo/facilitador. Cada 4 sesiones, después de una nueva administración de las preguntas del sociograma, se establecieron diferentes configuraciones de grupo.
Para el primer sociograma, se les propusieron 4 preguntas a los estudiantes en papel (“¿Con quién te gusta jugar?”, “¿Con quién no te gusta jugar?”, “¿Con quién te gusta hacer la tarea?”, “¿Con quién no te gusta hacer la tarea?”). Para los siguientes sociogramas solo se propusieron 2 preguntas (“¿Con quién desearías permanecer en un grupo?”, “¿Con quién no desearías permanecer en un grupo?”).
Las fases del laboratorio La Factoría de Historias
En cada sesión de la Factoría de Historias (75-90 minutos), se pidió a los grupos elaborar una historia colaborativa, inspirada en una imagen en la pizarra digital, representando distintos temas sociales o inclusivos. Al final de la sesión, cada grupo tenía que elegir un representante para contar la historia de su grupo a toda la clase.
Tras el estudio «Narración y cooperación en la escuela infantil y primaria» (Iandolo, 2011), el laboratorio de la Factoría de Historias se dividió en 8 fases.
Temática emocional, social e inclusiva de los estímulos proyectados en la pizarra digital.
En cada una de las sesiones del laboratorio, se presentó una imagen de estímulo en la pizarra digital. Se eligieron veinte imágenes temáticas sociales, emocionales e inclusivas para las 20 sesiones de La Factoría de Historias.
Diferentes historias colaborativas sobre temáticas sociales, emocionales e inclusivas. El tiempo disponible para que el representante contara la historia del grupo a toda la clase (con un principio, una parte central y un final) fue de un máximo de 5 minutos.
Los cambios en los patrones relacionales se registraron utilizando la observación participante y la técnica del sociograma cada cuatro sesiones de laboratorio.
Objetivos alcanzados
Durante las sesiones de laboratorio, los estudiantes mejoraron sus habilidades narrativas, creando historias progresivamente más sofisticadas con un tema central. La historia final del grupo siempre mostró una estructura con principio, parte central/con un problema central y un final, con una solución, a menudo positiva.
Además, al cambiar los grupos cada 4 sesiones de laboratorio, los estudiantes tuvieron la oportunidad de reunirse, compartir y colaborar con todos los compañeros de clase.
Cómo participaron los niños en la práctica
Los niños demostraron atención e interés en la actividad, especialmente en el sistema de puntuación (class-dojo), gracias al cual obtuvieron puntos en función de sus comportamientos prosociales.
Interés de los padres
Los padres estaban interesados en el laboratorio, a pesar de no hacer una presentación final de las historias a las familias.
Fortalezas y puntos críticos de la práctica.
Una fortaleza importante es el apoyo de las habilidades narrativas, sociales y colaborativas de los niños. Un valor agregado es la facilidad y flexibilidad del laboratorio la Factoría de Historias, accesible a diferentes necesidades / temas dependiendo de la edad, características y dificultades.
Contribución a la inclusión o apoyo a necesidades de educación especial
Para todos los estudiantes, y especialmente para aquellos con dificultades de aprendizaje y comportamiento, este tipo de actividad es una oportunidad valiosa para mejorar la imagen personal, el rol social y la autoestima. La promoción de un ambiente positivo y lúdico puede permitir reconstruir relaciones y desarrollar una autoimagen positiva a través de la exploración social y la experimentación, mediada por el facilitador y el maestro de la clase.
INCLUDED – Digital Storytelling for Inclusion